miércoles, 13 de enero de 2010

Presidente haitiano podría venir a República Dominicana

El presidente haitiano René Preval y su esposa podrían venir a la República Dominicana por razones de seguridad, informó este miércoles el director del Hospital Metropolitano de Santiago -HOMS-, doctor Rafael Sánchez Espinal.

“El que no vivió esto no sabe lo que pasó, la tierra comenzó a tragarse la gente”


Uno de los miles de cadáveres que dejó la tragedia en Haití. Jorge Cruz
Puerto Príncipe.- “Solamente el que no vivió esto no sabe lo que pasó, de pronto la tierra comenzó a tragarse la gente”, es la frase de Milton Lorenzo, un joven dominicano que se encontraba en Puerto Príncipe comprando mercancía para venderla en República Dominicana y vivió en carne propia cuando se derrumbaba el edificio del hotel donde se alojaba. Cuenta que caminó por encima de más de cien muertos.

Fiscalía solicita prisión para Samy Dauhajre; argumenta existen evidencias suficientes que lo vinculan al lavado


La Fiscalía del Distrito Nacional solicitó esta tarde prisión preventiva como medida de coerción en contra de Samy Dauhajre acusado de lavado de activo y de ser testaferro del prófugo José Figueroa Agosto. Dauhajre quien se encuentra detenido en la cárcel del cuarto piso del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva desde el pasado lunes esta siendo vinculado con los prófugos José Figueroa Agosto y Sobeida Félix Morel, así como con Eddy Brito Martínez, Ivanovich Smester Ginebra y Juan José Fernández Ibarra. Leer Más

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EU moviliza miles de militares, barcos y aeronaves para asistir a víctimas en Haití



El presidente Barack Obama prometió horas antes un amplio esfuerzo para ayudar al pueblo de Haití a superar una tragedia "cruel e incomprensible".
Washington— Estados Unidos movilizó una ayuda militar masiva para asistir a las víctimas del devastador terremoto en Haití y anunció que barcos, helicópteros, aviones de transporte y una unidad de 2.000 infantes de Marina viajan rumbo al empobrecido país o están preparándose para partir. El general Douglas Fraser, titular del Comando Sur de Estados Unidos, dijo el miércoles que un gran barco anfibio probablemente partirá a Haití con una unidad expedicionaria de la infantería de Marina. Agregó que hay otras fuerzas en alerta, incluyendo una brigada, que incluye unos 3.500 efectivos.

El gobierno haitiano está prácticamente disperso puesto que una buena cantidad de edificios públicos quedaron destruidos”

Puerto Príncipe.- Los primeros cuatro helicópteros que realizan en Haití labores humanitarias desde República Dominicana partieron hoy antes del mediodía de la embajada dominicana, mientras se espera la llegada de aeronaves del mismo tipo de la Fuerza Aérea, que deben partir de la base San Isidro para continuar la evacuación de ciudadanos dominicanos.

Los primeros en partir fueron ejecutivos de la companía Coca-Cola, un chileno, un puertorriqueño y un costarricense, que solicitaron el permiso para ser evacuados desde la sede diplomática. Luego salieron otros tres helicópteros con dominicanos, algunos de ellos heridos. Todas las aeronaves pertenecen al sector privado.

En la Embajada Dominicana se espera la llegada de nuevos refugiados, pero sólo se permite el acceso a ciudadanos dominicanos.

Haití fue sacudido ayer, martes, por un terremoto de 7 grados de magnitud que provocó severos daños a la infraestructura de Puerto Príncipe y pérdidas humanas que todavía no se han podido cuantificar. La misma noche del sismo, 36 dominicanos se refugiaron en los jardines de la embajada y muchos de ellos serán evacuados a República Dominicana.

Más temprano, el embajador dominicano en Haití, Rubén Silié, confirmó a LISTÍN DIARIO que está a la espera de la confirmación del gobierno haitiano para establecer un campamento y un puente aéreo para asistir al pueblo haitiano y para evacuar a los dominicanos al otro lado de la frontera.

Silié explicó a LISTÍN que el gobierno haitiano está prácticamente disperso puesto que una buena cantidad de edificios públicos como los ministerios del Interior, Relaciones Exteriores, Finanzas y el propio Palacio de Gobierno, quedaron destruidos.

"Conversé con el primer ministro Jean Max Bellerive quien me confirmó esta situación. No obstante, sigo en contacto con él para recibir la autorización definitiva e instalar un campamento dominicano en áreas aledañas al aeropuerto", dijo.

El diplomático agregó que por el momento no se ha confirmado la muerte de ningún dominicano, aunque una de las 36 personas oriundas de República Dominicana que pernoctaron en la embajada dijo que dos de sus parientes están desaparecidos.

"Estamos tras la pista del señor Rafael Rosado, uno de los dueños de Caribair que estaba aquí. Hemos establecido una red de comunicación con los dominicanos para que comunicándose unos con otros, podamos enterarnos de su situación", dijo el diplomático.

Silié agregó que la sede diplomática fue severamente impactada aunque la parte de oficinas quedó en buen estado.

"Desde el momento del sismo hemos estado en contacto con otras sedes diplomáticas y con organismos internacionales para comunicar la disposición del gobierno dominicano para ayudar a Haití", dijo Silié.

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Indotel envía avión con 20 técnicos para ayudar a restablecer telecomunicaciones en Haití




SANTO DOMINGO.-El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), anunció hoy el envío de un avión con 20 técnicos dominicanos para ayudar a restablecer los servicios de telecomunicaciones en Haití, los cuales fueron afectados por un fuerte sismo que graves daños materiales y víctimas. El secretario de Estado y presidente del Indotel, doctor José Rafael Vargas, informó que el ente regulador coordina ayuda técnica con los operadores haitianos a fin de restablecer la comunicación con el vecino Estado.


“En estos momentos sale un avión con 20 técnicos para trabajar con los operadores haitianos”, expresó el doctor Vargas.


Manifestó que los Links que tienen algunas empresas de República Dominicana en Haití sufrieron serios daños, principalmente la red GSM, pero que se trabajará para su rehabilitación.


Vargas dijo también que la empresa Orange está enviando a Haití antenas móviles y teléfonos satelitales, con miras a lograr el restablecimiento de sus comunicaciones con este país.


Agregó que Orange también está en contacto con la operadora haitiana CANTEL para abrir una línea de comunicación de emergencia. Asimismo, esta operadora anunció que dará minutos gratis a sus clientes haitianos que viven la República Dominicana para que se comuniquen con sus allegados en Haití.


Vargas anunció que República Dominicana ofrecerá toda la ayuda que necesite el vecino país para restablecer las redes de los operadores haitianos.


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Cinco heridos llegaron desde Haití a la Plaza de la Salud


Cinco heridos, cuatro hombres y una mujer que pertenecen a la Misión de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) fueron trasladados desde Haití y están siendo atendidos en el Centro de Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT). Los afectados presentan traumas en diferentes partes del cuerpo informó el director médico de Cedimat, doctor Eduardo Yermenos, quien afirmó que están en estado delicado. Los heridos fueron trasladados a este centro ubicado en la Plaza de la Salud en cinco ambulancias que llegaron cerca de las 10:20 de la mañana de este miércoles y fueron atendidos de emergencia ya que todos llegaron en estado de gravedad debido a que según dicen los médicos las fracturas pueden degenerar en hemorragias. Leer Más

Instituto Sismológico UASD reporta más de 300 réplicas tras paso terremoto afectó Haití


El Instituto Sismológico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (ISU), informó este miércoles que un nuevo temblor de tierra se produjo a las diez y 43 minutos cerca de Puerto Principe, Haitì. De acuerdo con el organismo científico de la UASD, el fenómeno telúrico tuvo su epicentro en la latitud 18.7 Norte y longitud 73.0 Oeste con una magnitud de 5.3 en la escala de Richter. Desde el Instituto Sismológico uasdiano se afirmó que ese nuevo temblor se sintió en gran parte de la República Dominicana. Específicamente, se mencionó a Samaná, el Distrito Nacional, Pedernales y otros pueblos de la Zona Fronteriza. Leer Más

Disponen alerta máxima en frontera para evitar posible entrada masiva de haitianos hacia RD


El Director General de Migración, vicealmirante M.de G. Sigfrido Pared Pérez, informó hoy que dispuso un alerta total en todos los puestos migratorios en la frontera con Haití, para contrarrestar una posible ola masiva de haitianos hacia la República Dominicana. Indicó que un colombiano y un Iraní que se fugaron de una cárcel destruida por el terremoto en Puerto Príncipe Haití, fueron apresados tratando de cruzar la frontera por Dajabón. Asimismo Pared Pérez anunció que dispuso suspender momentáneamente por razones humanitarias las repatriaciones de haitianos desde la República Dominicana, ante la situación que vive el vecino país. No obstante insistió en el reforzamiento de los controles migratorios que lleva a cabo el organismo, ante la situación de destrucción en que se encuentra Haití, Leer Más

Dos dominicanos entre víctimas fatales en catástrofe de Haití



SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Dos muertos y un herido dominicanos son parte de las víctimas del terremoto que azotó a Haití causando una gran catástrofe.


Las víctimas son José Rafael Medina y Guillermo Peña, ingenieros oriundos de la zona del Cibao, quienes laboraban para la firma Muñoz Mera y Fondeur.


La empresa de ingeniería para la cual trabajan ha confirmado las muertes de los dos profesionales. Aunque Noticias SIN tiene los nombres de los fallecidos, no los ofrece porque se desconoce hasta el momento si los familiares conocen la información.


Mientras que el herido fue identificado como Renato Polanco, quien fue trasladado a la Plaza de la Salud, en el Distrito Nacional.


Asimismo se informó que cinco ambulancias, con igual cantidad de personas heridas, llegaron este miércoles a Cedimat, entre ellos cuatro hombres y una mujer.


Según se informó, todos son militares pertenecientes a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, Minustah.


En Cedimat informaron que están a la expectativa de que lleguen al menos otras cinco ambulancias con más heridos traídos desde el vecino Haití, víctimas del sismo de 7. 3 grados en la escala de Richter.

Arzobispo de Puerto Príncipe entre los fallecidos, según agencia vaticana


El cadáver de Miot, precisó Misna, fue encontrado entre los escombros del arzobispado



CIUDAD DEL VATICANO.- El arzobispo de Puerto Príncipe, Serge Miot, de 61 años, falleció hoy debido al terremoto que ha sacudido Haití, que se ha cobrado numerosas vidas, informó la agencia católica vaticana Misna.

El cadáver de Miot, precisó Misna, fue encontrado entre los escombros del arzobispado, uno de los edificios que ha destruido el temblor de tierra, por misioneros de la Sociedad de Saint Jacquez, presentes en Haití desde hace 40 años.

Tampoco se tienen noticias del vicario general de Puerto Príncipe, monseñor Benoit, y se teme se halle bajo los escombros, añadió Misna.

Tras conocer el terremoto, el papa Benedicto XVI expresó su solidaridad con los afectados e hizo un llamamiento "a la generosidad" de la comunidad internacional para que se movilice inmediatamente, "para que no falte la ayuda a estos hermanos y hermanas que viven un momento de necesidad y de dolor".



De EFE



No se sabe la suerte de cientos dominicanos en Haití



SANTO DOMINGO.-Se teme que varios dominicanos que laboran en Haití en distintas labores podrían haber fallecidos con la ocurrencia del terremoto.

Aún no se ha precosado nada oficialmente en ese sentido debido a que comunicación con Haití fue interrumpida luego del terremoto de 7.0 grados en la escala de Ritcher.

En Haití hay varios oficinas de ingenieros dominicanos que realizan labores de construcción desde hace varios años.

Aunque no se ha confirmado aún se dice que una de esas oficinas de ingeniero de tres pisos, habría colapsado.

El edificio que aloja la embajada dominicana en Haití se habría agrietado. Más de veinte dominicanos se encuentran refugiados en la misma.

Miles de dominicanos viven en Haití desempañando diferentes labores, sobre todo en Puerto Príncipe.

Los servicios públicos colapsaron en Haití y la mayoría de los nuevos edificios se fueron destruidos o afectados parcialmente con el terremoto.

Muchos heridos han sido trasladados a diferentes centros hospitalarios del país para recibir atenciones médicas.




De Diario Libre



Hay más de tres millones de afectados por terremoto en Haiti, dice la Cruz Roja



GINEBRA.- Más de tres millones de haitianos han resultado directamente afectados por el terremoto que devastó a este país caribeño, el más pobre del hemisferio occidental, informó el miércoles la Cruz Roja Internacional.



El organismo de socorro aclaró que deberán esperarse entre 24 y 48 horas para determinar la magnitud del fenómeno natural que fue sentido en otros países del conteniente americano.



La tragedia ha llevado el luto a familias haitianas, aunque no hay cifra oficial de muertos hasta el momento.



La tarde del martes un fuerte terremoto de magnitud 7 grados en la escala de Richter devastó el oeste de Haití.



La ciudad más afectada es la capital Puerto Príncipe, donde centenares de edificios se han derrumbado con miles de personas en su interior.



Mientras en la República Dominicana, país que junto a Haití comparte la Isla Española, no se han reportado daños, aunque el temblor fue sentido con gran fuerza.



Organismos internacionales han comenzado a organizarse para llevar ayuda al atribulado Haití.


Los primeros en disponer de las ayudas solidarias y humanitarias a Haití, fueron los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y Leonel Fernández, de Haití

Aviones privados y militares viajan Haití con ayuda y personal especializado



Unas 19 aeronaves privadas habían sido autorizadas esta mañana para viajar a Haití con diferentes tipos de ayuda, según informó el gerente de comunicaciones del Instituto Dominicano de Aviación Civil, Pedro Jimémez, quien dijo que mientras los helicópteros no tienen muchas dificultades debido a que pueden realizar un aterrizaje visual, en el caso de los aviones grandes los vuelos están siendo autorizados a riesgo del piloto, debido a que no existe comunicación con la vecina república golpeada por un terremoto de 7.3 grados, y no hay seguridad de que haya allí servicio de torre de control.


Jiménez dijo que el único requerimiento que se está haciendo a los pilotos interesados en viajar a Haití es llenar un plan de vuelo ante el IDAC, lo cual es una condición indispensable para que cualquier aeronave pueda despegar de un aeropuerto dominicano.

En la mañana de este miércoles, el cónsul dominicano en Haití, Carlos Castillo, quien voló temprano a Puerto Príncipe luego que se levantara la prohibición para volar a la vecina república, aunque desde el aire reportó a El Gobierno de la Mañana que no había establecer todavía ninguna comunicación con la Embajada Dominicana en Haití.

La flotilla de aviones dominicanos que viajan hacia Haití está compuesta por naves privadas y militares. El presidente Leonel Fernández ordenó anoche el envío de personal médico y perros rrastreadores amaestrados para ayudar en la las labores de rescate de las víctimas que se encuentran bajo los escombros de la gran cantidad de edificaciones que sucumbieron a la intensidad del sismo.

En cuanto al tráfico de aeronaves en los aeropuertos dominicanos, el comunicador Pedro Jiménez informó que el mismo se realiza con absoluta normalidad, debido a que solo persiste una situación especial con Haití debido a la tragedia allí ocurrida.


El comunicador dijo además que técnidos en comunicaciones viajarán también en la mañana de hoy hacia el vecino país para establecer un sistema que permita mantener el contacto con las aeronaves.

Haití busca supervivientes



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Aún sin un balance oficial de víctimas del seísmo que ha devastado esta noche Haití, en especial Puerto Príncipe, comienzan las tareas de rescate de posibles supervivientes. Naciones Unidas intenta rescatar al personal que se encontraba en la sede, que se ha desplomado.- Se cree muerto al enviado especial de la ONU

Testigo del horror: La piedra bajo el sol




El escritor nicaragüense Sergio Ramírez retrata Haití, el país más pobre de América. Miseria, vaivenes políticos y falta de futuro atenazan a una población acostumbrada al abandono. Segunda entrega de esta serie con la que Médicos sin Fronteras y 'El País Semanal' quieren rescatar del olvido a las víctimas de la violencia.


Al bajar temprano por la mañana de las alturas de Pétion Ville, donde aún sobreviven restos de verdura en este país de montes y sabanas desnudas de toda vegetación, entramos en el caos de la ruta de Delmas que desciende hacia la planicie de Puerto Príncipe, mientras arriba, adheridos a los cerros, ascienden los cubos blancos de las casas que se apiñan sin concierto desafiando el abismo.














      Haití


      A FONDO



      Capital:

      Puerto Príncipe.


      Gobierno:

      República.


      Población:

      8,924,553 (est. 2008)





    La noticia en otros webs



    • "Sin la presencia de las tropas internacionales volvería la anarquía"



    "Existen más cirujanos haitianos en montreal que en puerto príncipe"



    "La corrupción rampante, el sistema judicial... son asignaturas pendientes"



    "Lo que impresiona, más que la miseria, es la normalidad con la que conviven con ella"



    "El gobierno, cuya presencia es invisible, parece que se ha olvidado para siempre de ellos"


    Una ruta sin andenes donde los muros de las casas sirven de escaparates a los comerciantes callejeros, y vigilada a trechos por los carros blindados de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah), que desde el año 2004 tiene estacionados en Haití 9.000 soldados y 2.000 policías de una fuerza internacional. En una pared, en letras precarias que ya se borran, se lee "Vive Titi", el nombre con que el pueblo bautizó al sacerdote salesiano Jean-Bertrand Aristide, dos veces presidente, y dos veces depuesto, exiliado ahora en Suráfrica, y quien surge en todas las conversaciones como un fantasma impenitente.


    Las tap tap, como se llama a los coloridos vehículos de transporte colectivo, desesperan por abrirse paso entre el tráfico, cargadas de pasajeros hasta los topes. Son autobuses y camionetas pick-up, mezcla de carrusel y carroza fúnebre, que llevan inscritas encima del parabrisas invocaciones a la piedad, a la resignación y a la fe ciega en la divinidad, mientras las ventanillas muestran las más diversas formas gracias a sus molduras flamígeras: escudos de armas o chapas de policía, o redondas u ovaladas como espejos, y sus costados estallan en un entramado de arabescos y flores carnívoras.


    parvadas de escolares con sus mochilas a la espalda se mezclan en la barahúnda, nítidamente vestidos en sus uniformes de dos tonos, las niñas peinadas con múltiples lazos, y son como una aparición benéfica que se repite aún en la medida que entramos en la cruda miseria sin fondo de las calles de Puerto Príncipe. Maurice, el chófer que nos lleva en la camioneta blanca de Médicos sin Fronteras (MSF) que también sirve de ambulancia, señala con alborozo la puerta por donde ha desaparecido un grupo de esos niños, y dice con una sonrisa plena de orgullo: "Mi hija".


    Paga 1.200 gourdes al mes por su educación, unos 25 euros, lo que se lleva buena parte de su salario. Hay centenares de escuelas privadas en manos de laicos, órdenes religiosas e iglesias protestantes, que se alojan en los lugares más insólitos y se anuncian bajo nombres pomposos, por precarias que sean sus instalaciones, y que atienden al 90% de los niños que pueden ir a la escuela, la mitad de la población en edad escolar.


    El escritor Lionel Trouillot me dirá luego que, igual que Maurice, miles de padres de familia invierten en la educación de sus hijos como la única luz que ven en el túnel de la miseria. Serían capaces de matar por ello. Pero para la gente que vive con menos de un dólar al día ?que es el 60%? se vuelve imposible pagar la escolarización que cobra el Estado en las escuelas públicas, aunque se trate de una cantidad simbólica; y aun así, en el campo hay niños que caminan dos horas, sin desayunar, para llegar a las aulas. Otros, menos afortunados, terminarán como restaveks (reste avec) en Puerto Príncipe, entregados como siervos a familias no precisamente ricas, igual que en tiempos coloniales, para desempeñar las más duras tareas domésticas, sin paga, y durmiendo en el suelo.


    En el inmenso barrio marginal de La Saline, vecino al puerto donde atracan los barcos de cabotaje, he visto esas escuelas públicas de una sola aula, entre las casuchas de láminas herrumbradas que se apiñan al lado de las corrientes de aguas negras y los túmulos de basura. Una de ellas más bien parece una capilla por su frontispicio, con una puerta de reja en arabescos que se creería clausurada si no fuera por el coro de voces de los niños que repiten en su encierro la lección. Otra, a poco trecho de allí, parece más una cárcel, oscura y calurosa, cerrada por un portón que tiene abajo una lámina y arriba una reja; el profesor se desvive, yendo de un lado a otro, para atender a los 80 alumnos de todas las edades que forman la clase. Y hay una tercera que parece un gallinero, cerrada con latas viejas y malla ciclón.


    La población paupérrima de Puerto Príncipe suma la inmensa mayoría de sus casi 2,5 millones de habitantes, y sólo los barrios vecinos de Martissant y Carrefour alcanzan medio millón. Gaetan Drossart, un joven sociólogo belga, dirige el proyecto del Centro de Emergencia de Salud de MSF en Martissant. El centro ha sido establecido en lo que fueron en un tiempo las instalaciones adyacentes de un car wash y un night club; ahora, en la pista circular de baile, funciona una sala donde quedan en observación las mujeres recién alumbradas. Además de labores de parto, en el centro se atiende a víctimas de agresiones sexuales y a los heridos con armas de fuego y armas blancas en los constantes pleitos callejeros, no pocos entre pandillas.


    En la oficina de Gaetan, por todo adorno, cuelga de una pared el denso plano de los dos barrios vecinos, marcado con banderines rojos en los que están escritas las iniciales de cada uno de los jefes de las pandillas, sin cuyo consentimiento no les sería posible a las ambulancias adentrarse por los callejones. Precisamente, ante la necesidad de atender a las víctimas de los enfrentamientos de las pandillas con las fuerzas de la Minustah, es que el centro fue establecido en el año 2006. Hubo momentos en que se hizo ineludible negociar periodos de alto el fuego para poder sacar a los pacientes en necesidad, mujeres sobre todo.


    las pandillas juveniles nacieron como milicias populares, las temidas Chiméres (Quimeras), organizadas como sostenes de poder de Aristide, y después de su segundo derrocamiento, en 2004, mantuvieron acciones armadas para exigir su regreso del exilio, en Martissant y en Cité Soleil, otro de los populosos barrios marginales de Puerto Príncipe. Tras continuos enfrentamientos con las fuerzas de la Minustah han sido severamente golpeadas, y sus jefes han resultado capturados o muertos; de los que quedan, unos siguen fieles a Aristide, pero otros no tienen ninguna identidad ideológica, y son capaces de servir por paga a cualquier partido político, y aun a los narcos.


    Salimos con Gaetan a recorrer las calles de Grand Ravin, uno de los numerosos asentamientos que forman Martissant, llevando los chalecos con el emblema de MSF a manera de protección. Antes le he pedido que llame al jefe de las Quimeras de este sector para pedirle una entrevista, pero el muchacho responde negándose, aunque autoriza la visita con la condición de que no se tomen fotografías, y manda apostarse en el trayecto a subalternos suyos que nos saludan con frialdad. Al final sabremos que no concedió la entrevista porque se hallaba escondido, después de haber ordenado matar a balazos, por disputas de poder, a su segundo al mando, el cual sobrevivió.


    Gran Ravin toma el nombre de un arroyo del que sólo queda el cauce, ahora un botadero de basura, que es necesario atravesar a saltos por encima de los charcos, mientras al lado mujeres y niños se abastecen con recipientes plásticos del chorro de un tubo roto, o se vierten el agua encima. Arriba, entre la aglomeración precaria de los techos, se alza, como un fantasma en el muladar, el edificio del liceo que Aristide regaló a los jóvenes de Martissant, una obra que aún le paga lealtades entre sus seguidores.


    Cabras y cerdos comen entre la basura derramada, los vendedores callejeros anuncian las virtudes de sus medicinas homeopáticas por los megáfonos portátiles, y a cada vuelta de esquina la perspectiva en los callejones es siempre la de centenares de mujeres sentadas pacientemente al lado de sus escasas mercancías. Son las eternas revendeuses o Mesdames Sarah. Sobre sus hombros descansa la responsabilidad de mantener al menos a cinco personas en el hogar, y al mismo tiempo son víctimas de los maridos que las apalean sin piedad, como la mujer con la cabeza partida que recogimos dos días después, de camino a nuestra visita al hospital Sainte-Catherine de Labouré (CHOSCAL), y que entregamos en el servicio de emergencias.


    en una economía en la que el comercio informal es un puntal de supervivencia, no importan las charcas bajo sus pies ni los hedores, ni el sol inclemente, ellas venden de todo, oraciones y hierbas medicinales, guisos que cocinan en hornillas de carbón, malanga, casabe, tomates tristes y golpeados, sin faltar las tortas de lodo que ofrecen bajo descoloridos parasoles de colores a un precio de cinco centavos, y que ellas mismas redondean con las manos, agregando sal y margarina al barro antes de cocerlas.


    La loa Erzulie Dantó es la madre soltera del panteón de los dioses del vudú que los esclavos negros trajeron consigo del reino de Dahomey, y que se revisten con las vestiduras de los santos católicos. Junto con la lengua creole, mezcla de francés y africano, el vudú es uno de los signos fundamentales de la identidad cultural haitiana. Erzulie, la virgen negra, engañada, golpeada y violada, no deja de ser por eso la fuente de la vida, como deidad que encarna el amor y la belleza.


    Cada principio de Cuaresma, durante las celebraciones del carnaval de Mardi Gras, se producen miles de embarazos que parecerían un rito anual de la fertilidad en honor de la loa Erzulie Dantó, fruto del libre desenfreno. Pero resultan más bien de las violaciones callejeras de muchachas adolescentes, muchas casi niñas. Algunas logran abortar, o mueren en el intento, pero la mayoría dan a luz a hijos que nunca quisieron, y para los meses de octubre y diciembre, nueve meses después del carnaval, las salas del hospital de maternidad Solidarité de MSF Holanda se llenan de parturientas.


    Es lo que nos cuenta la doctora Wendy Lai, una afable y delicada muchacha canadiense que dirige el hospital, de 65 camas, instalado en un edificio moderno de tres plantas, construido originalmente para oficinas, en un populoso sector de la ruta al aeropuerto. El hospital atiende entre 350 y 400 partos por mes, salvo para el desbordamiento causado por los desmanes de Mardi Gras, o por otras situaciones de emergencia, como la última huelga de médicos y enfermeras del Hospital General, cuando tuvieron que recibir mujeres que daban a luz aun en los baños y en los pasillos, a razón de 80 por día. El índice de muertes por parto es en Haití uno de los más elevados del mundo, 600 por cada 100.000, mientras que en Canadá es apenas de tres.


    la clínica de mujeres de msf Bélgica en La Saline, un galerón caluroso donde las mujeres que esperan la consulta se apretujan en bancas de madera enfiladas, como en una iglesia, está a cargo de otra muchacha tan joven como Wendy. Se trata de Irene Abotou, que ha venido a prestar sus servicios desde Costa de Marfil. Todo funciona en la clínica con orden y eficiencia, pese a la pobreza del ambiente, y hay cuartos acondicionados para las evaluaciones de las pacientes, la consulta ginecológica, y una farmacia en un rincón, donde ya están listas en bolsitas de plástico las dosis de hierro y ácido fólico para las embarazadas. También se brinda tratamiento a los varones, parejas de las pacientes, cuando sufren enfermedades venéreas. Después de los cuatro huracanes sucesivos del año pasado ha aumentado la población de La Saline y, por tanto, el número de mujeres que demandan consulta.


    Las clínicas de MSF atienden de manera gratuita, pero igual que en el caso de la educación, el 90% de los servicios de asistencia médica en Haití se haya en manos privadas, y hay clínicas de todo tamaño y de todo precio. Existen más cirujanos haitianos en Montreal que en Puerto Príncipe, y los pudientes viajan a Miami a examinarse con los especialistas que han emigrado hacia allá.


    Las tropas de la Minustah temían hasta hace poco entrar a Cité Soleil, que se llamó primero Cité Simone Duvalier, en honor a la esposa del dictador. Ahora hay un nuevo cuartel de la policía nacional que se alza imponente como para demostrar que la autoridad empieza a tomar cuerpo. La justicia, sin embargo, no goza de esa misma majestad de presencia. El alojamiento de un Tribunal de la Paix, que divisamos al pasar, semeja más bien la capilla de un cementerio, con su capitel de columnas estriadas en el frontis, coronado por el lema "Justicia para todos", y un carnero y un león pintados de cualquier manera a cada lado, como por la mano de un artista naïf.


    El cineasta Arnold Antonin dice que Puerto Príncipe fue hasta la llegada al poder de Papa Doc Duvalier, una hermosa capital de poca población, paseos y avenidas e imponentes edificios públicos, visitada por celebridades de Hollywood de las que quedan las fotos en los bares de los viejos hoteles de glamour perdido, como el Ibo Lele de las alturas de Pétion Ville, donde nos alojamos.


    el continuo éxodo rural ante la creciente pobreza en el campo hizo que la ciudad empezara a crecer desmesuradamente, y que al mismo tiempo se lumpenizara. Luego, la deforestación, los huracanes, las maquilas, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que acabó con lo que quedaba de agricultura, han multiplicado los desplazamientos.


    Aquí, como en La Saline, o en Martissant, lo que impresiona, más que la miseria misma, es la convivencia con la miseria, la normalidad con la que la gente aparenta vivir entre las montañas de basura que se va aposentando mes tras mes, año tras año, y que nadie pareciera preocuparse de recoger, las marismas rebosantes de desechos, la vida cotidiana al lado de las corrientes de aguas negras, la falta absoluta de letrinas que vuelve algo natural defecar en los pantanos que luego bate la marea.


    Cuando caminamos por los callejones de Cité Brother, un asentamiento junto a la playa que pertenece a Cité Soleil, esa convivencia entre miseria y desidia resulta perfecta. Parece que sus habitantes se han olvidado de la basura, del detritus, de los agujeros en que viven, y que el Gobierno, cuya presencia parece siempre invisible, se ha olvidado para siempre de ellos, o ha desistido de acordarse. En medio del paisaje se alza una construcción de cemento armado nunca terminada, con balcones en el segundo piso y una escalera, que parece la idea loca de alguien que quiso hacerse una casa sobre el lodazal pestilente de la playa, hasta donde entran las aguas en pleamar. Pero se trata de lo que se planeó alguna vez como una elegante letrina comunal.


    "Sólo vienen a ver la mierda", dice un muchacho con cara hostil cuando pasamos, recordando quizá otras visitas de extranjeros a estos parajes del olvido. Los vecinos se alborotan, nos siguen por trechos. Nos siguen los niños. Los varoncitos van desnudos, las nalgas al aire, cubiertos con camisetas y camisones viejos, sin botones, a veces sólo harapos. Uno lleva un gabán rojo, como un príncipe de los mendigos. Juegan, discuten, hablan alrededor de nosotros, quieren que les tomemos fotos, y ríen como locos y hacen cabriolas cuando se ven en el monitor de la cámara.


    graham greene recuerda en Los Comediantes, su novela de 1966, que las vueltas de la frontera entre Haití y la República Dominicana estaban marcadas por el contraste entre las rocas desnudas de un lado, y la frondosidad de los árboles del otro. Grises montañas erosionadas de la pobre tierra seca de Haití frente a la que parecía detenerse el verdor, como ante un mal conjuro; pero este paisaje contrastado no viene a ser tan el mismo más de cuarenta años después, porque el bosque dominicano ha sufrido no poca merma desde entonces, asolado también por la deforestación inclemente. Pero del lado de Haití, nunca volvió a crecer nada.


    Nos acercamos a la frontera por la carretera bordeada de maleza que lleva desde Puerto Príncipe a Malpasse, y que cuando alcanza las orillas del lago Saumâtre, que también se llama Azuei, su ancestral nombre taíno, desaparece a trechos bajo el desborde de sus aguas azufradas. Al otro lado del lago, los promontorios montañosos, despojados del último vestigio de vegetación, se derraman hacia la carretera en cascadas de cascajos blancos, y los viejos camiones de volquete retumban por delante de nosotros en sus viajes de acarreo, sacando piedra y arena de los cerros que parecen sostenerse milagrosamente encima de las grutas excavadas en sus extrañas, como fauces prehistóricas que enseñan sus grandes muelas cariadas.


    Ya cerca de Malpasse, nos topamos con el mercado de carbón, un campamento donde se afanan los camiones recogiendo los cargamentos de sacos que traen los barcos de velas renegridas desde la orilla dominicana del lago. El 80% del combustible para cocinar se saca de la leña y el carbón en Haití, y los campesinos echan mano hasta de los matorrales secos para alimentar el fuego, me ha dicho días atrás el ex ministro de Medio Ambiente, Yves André Wainwright. Dos veces ministro, bajo el segundo Gobierno de Aristide, y bajo el primero de René Préval, el actual presidente, nunca encontró apoyo para hacer que se aplicara una nueva Ley de Medio Ambiente, la que sucumbió bajo el peso de las competencias y disputas entre los miembros del Gabinete.


    Hemos venido a la frontera en compañía del padre Julín Acosta para ver el mercado que se abre del lado dominicano, a las orillas del lago, los lunes y jueves de cada semana. El padre Julín, al que todos los policías de los retenes y los guardas de ambos bordes conocen y saludan con afecto, tiene su parroquia del lado dominicano, donde dirige la Casa del Caribe, pero también está a cargo de la pastoral de emigrantes haitianos, por lo que tiene que entenderse con dos obispos a la vez, el de Barahona, y el de Puerto Príncipe.


    Desde territorio dominicano hay un incesante tráfico de camionetas que acarrean en las toldas grandes bultos de mercancías, y las motocicletas de alquiler llevan en ancas a los pasajeros cargados con sus compras, mientras los viandantes hormiguean entre los puestos del mercado que se extienden por más de un kilómetro, otra vez en manos de las revendeuses instaladas en las tierras fangosas a la orilla del agua, en la que baten contra la orilla, hasta perderse de vista, envases plásticos y de cartón y los desperdicios de las cocinas.


    El mercado fronterizo se inició cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) impuso un embargo comercial a la dictadura de Raoul Cedrás, que asumió el poder tras el primer golpe de Estado contra Aristide en 1991. En Jimaní, el poblado dominicano más cercano a la frontera, visitamos en su casa a Soledad, una dirigente sindical del magisterio que forma parte de la red de apoyo a los inmigrantes haitianos. Dice que el mercado fronterizo representa unos 600 millones de dólares al año, casi todo mercancías dominicanas, como hemos podido ver, pues desde el otro lado es poco lo que se puede exportar, salvo donaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) que pasan de contrabando gracias al "macuteo", las mordidas con que las autoridades de frontera sacan su propia tajada en el comercio.


    Los haitianos que viven en Jimaní y se dedican al comercio fronterizo son gente pacífica y trabajadora, afirma Soledad, contrario a la mala fama de vagos y pendencieros con que han sido marcados en la República Dominicana. Contratados como braceros que entraban por miles para el tiempo de la zafra azucarera, los haitianos fueron siempre víctimas de la discriminación, y más. En 1937, el Generalísimo Trujillo, tan sanguinario como Duvalier lo fue en Haití, ordenó una masacre en la que perecieron más de 20.000, lanzados a las aguas fronterizas del río Masacre, que ya se llamaba así desde antes.


    La frontera es abierta y porosa, y las constantes deportaciones sólo hacen que los deportados regresen días después, aunque ya no principalmente como braceros, porque hay menos plantaciones de caña y el corte está siendo mecanizado. Pero las dificultades siguen sin resolverse. Los niños de doble condición no pueden ser inscritos en el Registro Civil dominicano y quedan en tierra de nadie, como ha ocurrido recientemente con una pareja de siameses, todo un símbolo del drama. La madre, que es haitiana, no puede documentarse, y los niños no tienen derecho a atención médica de parte de la seguridad social, aunque el padre sea dominicano. Un médico hizo de manera voluntaria la operación de separarlos, pero aún quedan cirugías complementarias pendientes para que puedan sobrevivir.


    la gran pregunta acerca del futuro de Haití es qué pasará al retirarse la Minustah, lo cual está previsto para cuando sea electo el sucesor de Préval en 2011. A quien se lo he planteado, cualquiera que sea su manera de pensar, responde que sin la presencia de las tropas multinacionales, la anarquía y los enfrentamientos armados volverían a explotar de inmediato.


    El Estado no parece capaz de hacer frente a la seguridad nacional, ni a la educación, ni a la salud. La corrupción rampante, el sistema judicial en ruinas, las cárceles tenebrosas, son asignaturas pendientes. Tampoco puede hacerse cargo de enfrentar la deforestación y la erosión, ni organizar las emergencias frente a los desastres en un país expuesto a la furia de los huracanes. Un país con muletas.


    Uno de los avances en la estabilidad del país ha sido la disminución en el número de secuestros, que creció en 2007 hasta un promedio de 40 por mes. Se habían convertido en un arma política para desestabilizar el Gobierno, pero luego pasaron a ser una industria económica a todos los niveles, pues eran plagiadas hasta personas de recursos modestos, a veces por sus mismos familiares, para obligarles a compartir las remesas enviadas por sus parientes desde Canadá y Estados Unidos. "El secuestro es una contradicción en un país que nació de la lucha contra la esclavitud", dice Arnold Antonin.


    El otro asunto que conspira cada vez más contra la estabilidad es el narcotráfico, desde luego que la posición geográfica de Haití resulta privilegiada para el trasiego de droga hacia la Florida y Puerto Rico. En 2004, el presidente del Senado y el jefe de la policía eran parte de los carteles.


    El poeta Jorge Castera reconoce que hay una conquista esencial, la libertad de palabra. Ahora, cualquiera puede insultar al presidente por la radio, sin peligro de ir a dar con sus huesos en la cárcel. "Antes sólo había tres meses de libertad, entre que caía un presidente y venían las nuevas elecciones", dice Castera. Y Sussy Castor piensa que, por muchas que sean las debilidades institucionales, también se ha avanzado en lo político. El Parlamento, pese a sus trabas y debilidades, juega un papel de equilibrio, porque antes sólo debía decir que sí al presidente.


    El jefe de la Minustah, Hédi Annabi, con quien he hablado largo tiempo en su despacho del último piso del hotel Christophe, se duele de que los avances logrados hasta el año 2007 hayan sufrido un retroceso dramático bajo los efectos de la crisis financiera mundial, los últimos huracanes en serie y la inestabilidad política. Cuando le pregunto si no hay una fatiga de la comunidad internacional alrededor de Haití, dice que los países latinoamericanos con destacamentos en las fuerzas de seguridad tienen la disposición de seguir cooperando, y para Estados Unidos y Canadá, abandonar Haití no es una opción, porque un nuevo colapso multiplicaría las oleadas de emigrantes. "A fin de cuentas", dice Annabi, "habrá que irse. Pero irse para no tener que volver".


    Y Sussy Castor, mi vieja amiga, afirma que hay esperanzas. Para ella, las esperanzas vienen de que todos se dieron ya cuenta de que el país se puede perder

    Puerto Príncipe destruido; temen centenas de muertes



























































































    PUERTO PRINCIPE, Haití, (AFP) - El centro de Puerto Príncipe fue destruido y se temen centenares de muertos tras el violento sismo que sacudió la capital de Haití, declararon este martes testigos a la AFP.













    VIDEO: TERREMOTO EN HAITI VIDEO CRUDO 13-01-2010

    Objeto espacial pasará cerca de la Tierra

    La Tierra desde el espacio. Imagen de archivo.

    Según los expertos, el posible asteroide no chocará contra la Tierra.

    Un objeto espacial de entre 10 y 15 metros de diámetro, al que los científicos todavía no consiguieron identificar, pasará cerca de la Tierra en las próximas horas.

    El misterioso objeto, que fue descubierto hace sólo dos días, no chocará contra la Tierra, pero se acercará hasta un tercio de la distancia que nos separa de la Luna, es decir, a unos 130.000 kilómetros de la superficie terrestre.

    Los astrónomos bautizaron a este "ovni" como Asteroide 2010 AL 30.

    "Se ha especulado con la posibilidad de que se trate de un fragmento de basura espacial procedente de alguna nave abandonada, pero los expertos de la NASA creen que lo más seguro es que sea una roca espacial", comentó el analista científico de la BBC Matt McGrath.

    El Asteroide 2010 AL 30 alcanzará el punto más próximo a nuestro planeta alrededor de las 20:24 GMT.

    A finales de esta semana, otro asteroide mayor pasará "cerca" de la Tierra, pero esta vez a una distancia más segura, de aproximadamente un millón de kilómetros.