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Fue asaltado por un joven que le pidió escuchar su confesión, un sacerdote de la Arquidiócesis de Santiago, a quien el delincuente despojó de un celular y 2,000 pesos, luego de abrazarlo fingiendo tranquilidad y alivio de sus pecados.
El padre Carlos Manuel Santana, quien es canciller del Arzobispado de la ciudad, narró que el joven no tenía apariencia de delincuente cuando se le acercó pidiendo que lo confesara.
“Cuando le doy la absolución me dice ¡ay padre, que bien me siento, que feliz estoy! y me abraza, entonces cuando se marchó me toco los bolsillos y no estaba ni mi celular ni dos mil pesos que tenía en mis bolsillos”, explicó el cura.
El hecho se produjo cuando terminó de oficiar la misa que se desarrolla todos los días en la Casa de Emaús, lugar que acoge a los feligreses porque aún no se concluye la reconstrucción de la catedral Santiago Apóstol.
El sacerdote cree que el hecho es una señal del nivel de degradación que sufre la sociedad donde. “Ni los templos sagrados se respetan”.
“Ya ni aquí la gente está segura, hay gente que prefiere ir a otro lugar a escuchar la misa, porque cuando no le roban un espejo retrovisor de su vehículo, es la batería o los neumáticos”, comentó.
Denunció que hace menos de dos meses, el área que converge entre la Catedral, el Arzobispado y la Casa de Emaús fue dejada a oscuras cuando delincuentes se robaron todo el cableado eléctrico, sin que hasta el momento hayan sido apresados.
Los delitos cibernéticos, que poco persiguen las autoridades, también afectaron al religioso que narró le fue “jaqueada” su cuenta personal en la red social de Facebook, a través de la cual publicaron maldiciones, ofensas y otros improperios en contra de funcionarios públicos.
