Prensa Faro VisiónRío San Juan.- Hay un refrán que reza que a las tres son las vencidas, y también hay un conocido veneno que mata a los tres pasos. Sin embargo, Eulogio de los Santos Polanco, el popular “Layo”, sólo pudo llegar a dos, y a las 12:30 de la tarde del domingo se envenenó.Era el segundo intento del infortunado por quitarse la vida, ya que hace cerca de dos años había intentado suicidarse a puñaladas.De los Santos Polanco residía en el barrio Buenos Aires, en Río San Juan, y según el médico legista y la policía, ingirió insecticida ligado con tinner para quitarse la vida.Layo llevaba varios meses enfermo en su hogar, lo que pudo haber sido la causa por la cual tomó la decisión de irse al más allá, ya que dejó una nota en la que daba los motivos de su fatal desenlace, y varias recomendaciones sobre su entierro.“Yo arreglé mi vida. Nos vemos en el sonar de las trompetas. Cuando yo me muera no me tengan más de dos horas y llevenme al cementerio. No me guarden luto. Dios está conmigo. San Juan, 5-25 Eclesiaste. Atentamente, Layo”, dice la carta dejada por el fallecido.Sus encomiendas fueron cumplidas a carta cabal por sus familiares y en la tarde del mismo domingo ya su cadáver descansaba por siempre en una fosa del cementerio municipal.El hecho consternó al pueblo de Río San Juan, ya que Layo era un reconocido ebanista que siempre llevó una vida tranquila. Fuente:CostaVerdeRD.com