SANTO DOMINGO, 2 sep (PL) Indemnes a los ciclones que en 2008 devastaron varios países caribeños, incluido al vecino Haití, los dominicanos cruzan los dedos hoy en espera de Erika, que podría irrumpir el viernes próximo en su territorio.
La quinta tormenta de esta temporada se formó en las Antillas Menores y tan pronto como mañana puede afectar a Puerto Rico, separada de República Dominicana por el Canal de la Mona.
El espacio marítimo es famoso por la cantidad de emigrantes ilegales quisqueyanos que mueren en él tratando de alcanzar la llamada Isla del Encanto.
De momento, el peligro aconseja la imposición de alertas en las islas de San Maarten, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves y San Bartolomeo, Caribe oriental, que por su pequeñez no constituyen una barrera de defensa contra esos fenómenos.
Hasta ahora Erika es una tormenta tropical moderada con vientos de 85 kilómetros por hora, pero se mantiene estacionaria en las aguas del Atlántico y ese es un rasgo peligroso, pues puede fortalecerse.
Dominicana salió ilesa el año pasado de la impronta de cuatro huracanes de fuerza descomunal, cuyos impactos fueron apocalípticos en Haití y Cuba, y severos en Jamaica e Islas Caimán.
La paradoja sería que después de esa tregua en un año prolijo en ciclones, Erika se hiciera sentir aquí cuando los especialistas pronostican entre siete y 11 tormentas tropicales y de tres a seis huracanes.
O lo que es igual, una temporada tranquila, si fuera posible emplear el adjetivo cuando de ciclones se trata.
La quinta tormenta de esta temporada se formó en las Antillas Menores y tan pronto como mañana puede afectar a Puerto Rico, separada de República Dominicana por el Canal de la Mona.
El espacio marítimo es famoso por la cantidad de emigrantes ilegales quisqueyanos que mueren en él tratando de alcanzar la llamada Isla del Encanto.
De momento, el peligro aconseja la imposición de alertas en las islas de San Maarten, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves y San Bartolomeo, Caribe oriental, que por su pequeñez no constituyen una barrera de defensa contra esos fenómenos.
Hasta ahora Erika es una tormenta tropical moderada con vientos de 85 kilómetros por hora, pero se mantiene estacionaria en las aguas del Atlántico y ese es un rasgo peligroso, pues puede fortalecerse.
Dominicana salió ilesa el año pasado de la impronta de cuatro huracanes de fuerza descomunal, cuyos impactos fueron apocalípticos en Haití y Cuba, y severos en Jamaica e Islas Caimán.
La paradoja sería que después de esa tregua en un año prolijo en ciclones, Erika se hiciera sentir aquí cuando los especialistas pronostican entre siete y 11 tormentas tropicales y de tres a seis huracanes.
O lo que es igual, una temporada tranquila, si fuera posible emplear el adjetivo cuando de ciclones se trata.