sábado, 28 de noviembre de 2009
Informe desmiente al jefe de la PN y deja mal parado al Instituto de Patología Forense
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El informe de la comisión que investigó la muerte de los presuntos secuestradores del joven Eduardo Baldera Gómez revela que el Instituto Nacional de Patología Forense actúo fuera de la ley al hacer el levantamiento de los cadáveres.
Afirma que la entidad recibió sin objeción –de parte de una patrulla policial- los cuerpos sin vida de William de Jesús Batista Checo y Cecilio Díaz a las 4:20 de la madrugada.
De inmediato –señala- el patólogo Pedro Mejía elaboró un acta de levantamiento de cadáveres “de una manera indebida, a parte de que los occisos fueron entregados al sereno de la morgue.
“Este hecho también deja abierta la siguiente interrogante: ¿Por qué la Policía Nacional no llevó los cadáveres de los occisos a la Regional del Instituto Nacional de Ciencias Forenses con asiento en la ciudad de Santiago de los Caballeros?”, se preguntan los responsables de el informe.
Ramón Arístides Reyes Madera, procurador adjunto; Clara Jacqueline Zapata Santos, procuradora fiscal de Montecristi y el mayor general de la Policía, Vinicio Hernández Méndez, concluyen en que el hecho anterior “deja una estela de duda sobre la actuación de la patrulla policial.”
Batista Checho y Díaz fueron acribillados con armas largas (fusiles) el 10 de octubre de este año en la sección de Copey del municipio de Guayubín, en la provincia de Montecristi, 200 kilómetros al noroeste de la capital dominicana.
El documento de la comisión deja establecido que las balas que les segaron la vida provinieron de fusiles y que los dos fueron asesinados en lugares distintos.
Desmiente al jefe de la PN
El día en que Baldera Gómez supuestamente se escapó de sus captores –quienes lo habían secuestrado el 18 de septiembre- el jefe de la Policía, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, informó sobre un intercambio de disparos que, según sus informaciones, se producía entre agentes policiales y los supuestos plagiadores.
El jefe policial habló por teléfono durante una transmisión en vivo que hacía la periodista Alicia Ortega por el canal 7 de Antena Latina.
Textualmente, Guzmán Fermín dijo que se dirigía al lugar dónde se producía el intercambio de disparos y que tenía información en el sentido de que un sub-oficial había resultado herido.
Se trataba del sargento Catalino de Jesús Pérez, quien fue internado en el hospital de la Policía, y presentado por la institución como sobreviviente de un “intercambio de disparos.”
Sin embargo, el informe presenta una versión que pone en jaque a la del jefe del cuerpo del orden.
“La herida sufrida por el sargento de la Policía Nacional, señor Catalino de Jesús Pérez, se produjo en el músculo deltoide izquierdo y salida en la región posterior del mismo músculo, en el cual no se produce derrame de mucha sangre; además, esa herida pudo ser el resultado de una bala perdida que le haya impactado”, comenta el informe.
El documento fue presentado el viernes en una rueda de prensa encabezada por el Procurador General de la República, Radhamés Jiménez Peña, con la presencia de los tres miembros de la citada comisión.
Examen de las armas
El análisis a que fueron sometidas las armas de fuego del tiroteo contra Batista Checo y Díaz, es revelador de los escenarios preparados para el desenlace de los hechos de sangre.
El informe indica que, según la evidencia A2, tres de cinco casquillos fueron disparados por una pistola Browining, calibre 9 milímetro con numeración limada, un arma que no se corresponde con ninguna de las que portaba la patrulla policial ni los presuntos secuestradores.
Sostiene que una bala blindada, con peso de 7.6 gramos, con cuatro estrias derechas, que extraída del cadáver de Cecilio Díaz, corresponde a un fusil.
Indica, sin embargo que ese tipo de arma no formaba parte de las que se entregaron para ser sometidas a exámenes forenses.
La comisión halló otros cuatro casquillos de fusil en uno de los lugares del fusilamiento, pero señala que los mismos no fueron disparados por el fusil Colt M16A, calibre 5.56 milímetro con numeración limitada.
Sostiene que, a pesar de que se usaron fusiles para matar a los presuntos secuestradores, la patrulla policial señalada como la participante en el hecho, declaró a la comisión que sus miembros sólo portaban armas tipo pistola.
“Esta afirmación hecha por los agentes policiales no es creíble, porque se ha demostrado que las armas que dispararon y que provocaron la muerte de los occisos fueron tipo fusil”, revela.
Afirma que los escenarios de la balacera no fueron hallados casquillos que se correspondan con las pistolas que dicen los miembros de la patrulla que portaban.
El informe concluye sugiriendo el sometimiento a la justicia del teniente coronel Alberto Trejo Pérez, el mayor Jesús Rafael Tejada Tejada, el mayor Franklin Santana Martínez, el segundo teniente José Luis Peralta Valentín y el segundo teniente Catalino de Jesús Pérez.