Un nuevo escándalo que involucra al sector inmobiliario dominicano y a un inversionista extranjero fue denunciado hoy en El Gobierno de la Tarde. Juan Taveras Hernández señaló la relación comercial entre un banquero venezolano de origen español que escapó de su país con 280 millones de dólares y la República Dominicana, donde adquirió una torre de 21 pisos propiedad del Banco Central.
De acuerdo con Taveras Hernández, sobre Álvaro Gorrín pesan 12 órdenes de captura de la policía internacional (Interpol) debido a la estafa cometida al Banco Canarias, donde era el principal accionista.
Tanto Taveras Hernández, como otros comentaristas de El Gobierno de la Tarde, reclamaron de las autoridades un escrutinio riguroso sobre los presuntos inversionistas extranjeros que vienen al país a adquirir o a financiar la construcción de bienes inmobiliarios.
Denunciaron la facilidad con que los supuestos inversionistas vienen a República Dominicana, reciben facilidades para invertir, y posteriormente se descubre que han violado las leyes de otros países. Es el caso reciente del español Arturo del Tiempo, propietario de la torre Atiemar, en el Distrito Nacional, detenido en España acusado de intentar introducir un contrabando de 1,200 kilos de cocaína llevados desde República Dominicana.
Según Taveras Hernández, del Tiempo ha sido interrogado por el organismo antidrogas de Estados Unidos y ha ofrecido la mayor cooperación.
En el caso del inversionista Alvaro Gorrín, éste adquirió en República Dominicana la torre Cristal, que en la actualidad lleva el nombre de Novo-Centro; que está ubicada en la avenida Lope de Vega, en el sector Naco del Distrito Nacional. Un espacio pagado del Banco Central que presentó Taveras Hernández daba cuenta de la oferta: una torre comercial de 21 niveles, propia para plaza comercial y oficinas, con 735 parqueos y rampa de circulación.
La oferta de venta fue de US$44.6 millones. De acuerdo con Taveras Hernández, la operación comercial significó una ganancia de alrededor de US$8 millones para la entidad dominicana. La torre perteneció al Banco Intercontinental (Baninter) y cuando éste quebró pasó a manos del Banco Central.
También mostró copia de una nota publicada por el matutino Listín Diario el pasado 24 de febrero que da cuenta de que Novo-Centro ofreció un coctel a propietarios e inquilinos del edificio, donde aparece el empresario Gorrín como anfitrión de la actividad.
Antes de escapar y transferir a Islas Caimán y Suiza el dinero de los ahorrantes venezolanos, Gorrín había vendido sus intereses en Venezuela al banquero Ricardo Fernández Barrueco, hoy detenido por la justicia de aquel país.
En noviembre pasado, las autoridades venezolanas intervinieron cuatro bancos privados, tras denunciar irregularidades en su manejo que ponían en peligro los depósitos de los ahorrantes.
La venta por parte del Banco Central de la torre Novo Centro al empresario Gorrín, podría catalogarse como una transacción normal desde el punto de vista comercial, pero deja en evidencia una vez más la facilidad conque personas con problemas judiciales y de otros tipos en sus países de orígen, vienen a la República Dominicana y realizan importantes inversiones sin que se produzca ningún tipo de investigación por parte de las autoridades nacionales sobre la procedencia de sus capitales.
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