Corripio, Hazoury, Asilis y Pepe Hidalgo quedaron enganchados con Felucho
Felucho Jiménez convenció a un grupo de empresarios de invertir en una línea aérea que nunca voló y solo representó pérdidas. Francisco Javier García, ministro de Turismo, dijo luego que otros empresarios invertirían 300 millones.
Air dominicana se constituyó en julio de 2007 con un capital mixto de RD$191.6 millones.
El Estado dominicano hizo una inversión inicial que lo colocaba como propietario del 30% de las acciones, seguido por 17% de JJH Capital &Asset Management, una firma española representada por Juan José (Pepe) Hidalgo, presidente del grupo Globalia.
Un 10% de las acciones fueron adquiridas por Futura International Airways, una aerolínea española representada por Francisco Vives Calandin, que para entonces atravesaba una profunda crisis que acabó con su declaración de bancarrota. Ésta, a pesar de sus problemas económicos, se alzó con la gestión operativa de Air Dominicana.
Entre las empresas dominicanas embarcadas en este proyecto figuran Inversiones Cypron S.A., representada por Ricardo Hazoury Toral; el grupo Metro, presidido por Luis José Asilis; Verta International Corporation, representado por Manuel Corripio Alonso y Corporación Aeroportuaria del Este, representada por José Manuel Oliva.
En total, el 56.5% del capital era dominicano, público y privado, y un 43.5% provenía del extranjero, principalmente de España. Incluso, se esperaba que la empresa facturara unos US$35 millones durante su primer año de operación.
En junio de 2009, antes de que expiraran los permisos económico y de operación, el todavía hoy ministro de Turismo, Francisco Javier García Fernández, informó que la aerolínea empezaría a funcionar en agosto de ese año. Pero su anuncio no llegó a materializarse y, meses más tarde, el funcionario afirmó en Londres, Inglaterra, que otros inversionistas españoles estaban dispuestos a inyectar US$300 millones al proyecto, una cifra muy superior al capital con que se formó inicialmente.
Tres años después, nada se ha vuelto a saber del supuesto relanzamiento del proyecto. Ni siquiera en la Junta de Aviación Civil se ha conocido la propuesta, según explica Arturo Villanueva, representante del sector turístico en ese organismo.
La Lupa Sin Trabas también incluye un amplio reportaje sobre “el hoyo” financiero creado por la administración de Fernández con la construcción del Metro de Santo Domingo, la obra más emblemática de su gestión.
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