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TOKIO -- Amplias zonas del Pacífico sur, Asia y Australia se preparaban para un maremoto que cruzaba el Pacífico con la velocidad de un avión tras un demoledor terremoto que sacudió el sábado la costa de Chile.
A los residentes de Hawai se les apremió a proteger sus vidas y propiedades del tsunami, o maremoto.
Aunque son difíciles de pronosticar, se piensa que no será tan devastador como el maremoto generado por el sismo de 9,5 grados que azotó Chile en 1960. La mayoría de los países, a la espera de mayor información, no ordenaron evacuaciones sino que advirtieron a las poblaciones costeras que se mantuvieran en alerta.
El Centro de Advertencias de Maremotos del Pacífico emitió en Hawai una advertencia que incluía las Filipinas, Taiwán, Indonesia y muchas islas naciones del Pacífico, la costa occidental estadounidense y Alaska.
"Las lecturas del nivel del mar confirman que ha sido generado un maremoto que podría causar daños generalizados", dijo el centro en un boletín tras el sismo de magnitud 8,8. "Las autoridades debería adoptar las medidas apropiadas en respuesta a esta amenaza".
El centro destacó que las primeras olas tras un sismo no son necesariamente las mayores y agregó que la altura de las olas generadas por los maremotos es difícil de pronosticar porque pueden variar significativamente debido a la topografía local.
Los sismos generados en el Pacífico han tenido efectos mortíferos en Asia en otras ocasiones.
Un maremoto tras un sismo de magnitud 9,5 que sacudió Chile en 1960, el mayor registrado, mató a unas 140 personas en Japón, 61 en Hawai y 32 en las Filipinas. Ese maremoto tuvo una altura de uno a cuatro metros (3 a 13 pies), dijo la Agencia Meteorológica del Japón.
El maremoto generado por el sismo del sábado seguramente será mucho menor porque el sismo no tuvo tanta fuerza.
La cadena pública japonesa NHK indicó que, según los expertos, el maremoto tendrá una altura de varias decenas de centímetros y llegará al Japón en unas 22 horas. Un maremoto de 28 centímetros (11 pulgadas) fue registrado tras un sismo de magnitud 8,4 cercano a Chile en el 2001.
El sismólogo Fumihiko Imamura, de la Universidad Tohoku, dijo a NHK que los pobladores de las zonas costeras no deben subestimar la fuerza de un maremoto aunque lo genere un sismo a miles de kilómetros de distancia.
"La posibilidad existe de que llegue a Japón sin perder fuerza" dijo.
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