viernes, 15 de enero de 2010
EE UU despliega a 6.000 militares
Calificado como uno de los esfuerzos de ayuda "más grandes de nuestra historia reciente", el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer un plan de rescate para Haití que contará con una ayuda inicial de 100 millones de dólares (69 millones de euros). Haití se ha convertido en máxima prioridad para la Casa Blanca
Ayer ponían pie sobre el devastado terreno los primeros militares del Ejército de EE UU. Unos 3.500 efectivos de la 82ª División Aerotransportada ya están en camino hacia la isla caribeña desde Fort Bragg (Carolina del Norte), y el portaaviones Carl Vinson se avistará en breve desde Puerto Príncipe. Otros 2.200 marines esperan en este momento la orden de partir. La seguridad del aeropuerto de Haití está controlada por el Ejército estadounidense, según confirmó Obama.
"Ustedes no serán olvidados, no serán dejados en el desamparo", prometió ayer el presidente a los haitianos -con una numerosa comunidad en Nueva York y Miami-, en una improvisada conferencia de prensa. Washington acaba de inaugurar una nueva era en sus relaciones con uno de los países más pobres y olvidados del mundo. Porque si la Casa Blanca ejercía hasta ahora una especie de protectorado sobre Haití -que se remonta a 1915, durante la presidencia de Woodrow Wilson (1913-1921) y su invasión del país caribeño, bajo el pretexto de pacificar las ciudades pero con la razón de proteger los intereses económicos extranjeros-, desde que el pasado martes la tierra decidiera condenar a una mayor miseria a la parte occidental de La Española, esa relación de protección y amparo parece llamada a convertirse en eterna.
El tema es sensible y ya ha provocado algunas preguntas incómodas para el Departamento de Estado. Su portavoz, P. J. Crowley, intentó atajarlas. ¿Va a llenar Washington el cuasi vacío de poder existente en el país que preside René Preval e intentar la creación de una sociedad civil vertebrada, también inexistente? "Nuestra misión no es tomar Haití", zanjó Crowley.