PUERTO PRINCIPE.- Mientras la comida, el agua y otras formas de ayuda comenzaban a llegar a Haití en grandes cantidades, las organizaciones de asistencia y los funcionarios se concentraban en hacer llegar esas provisiones desde el atiborrado aeropuerto a los sobrevivientes hambrientos y demacrados que pululaban por las calles de la capital.
La secretaria de Estado estadounidense Hillary Rodham Clinton tenía planeado llegar a Puerto Príncipe el sábado para hablar con el presidente haitiano René Preval y funcionarios civiles y militares de varios países sobre cuál es la mejor manera de colaborar con las tareas de asistencia y con el gobierno local.
Clinton dijo el viernes que hay "una carrera contra el tiempo" antes de que la ansiedad y la furia de las víctimas generen problemas adicionales. Los socorristas advertían que Puerto Príncipe se sumirá en el caos si las provisiones no se reparten con rapidez.
El Comando Sur de Estados Unidos dijo que tiene 24 helicópteros en misiones de ayuda, muchos de los cuales parten de buques anclados frente a la costa, con 4.200 efectivos en el terreno y 6.300 más que arribarían el lunes.
Pero había escasas señales de ayuda en la ciudad cuatro días después del sismo, y muchas señales de que los desesperados y los delincuentes estaban tomando la delantera.
Un conductor de un camión de agua dijo que fue atacado en uno de los barrios precarios de la ciudad. También había informes de saqueos aislados, con jóvenes que caminaban por el centro con machetes. Un grupo de ladrones presuntamente mató de un disparo a un hombre que quedó tirado en la calle.
Equipos médicos extranjeros armaron hospitales improvisados para atender a los heridos más graves. Sin embargo, el tiempo se acababa para la gente que puede estar atrapada bajo los escombros.
La secretaria de Estado estadounidense Hillary Rodham Clinton tenía planeado llegar a Puerto Príncipe el sábado para hablar con el presidente haitiano René Preval y funcionarios civiles y militares de varios países sobre cuál es la mejor manera de colaborar con las tareas de asistencia y con el gobierno local.
Clinton dijo el viernes que hay "una carrera contra el tiempo" antes de que la ansiedad y la furia de las víctimas generen problemas adicionales. Los socorristas advertían que Puerto Príncipe se sumirá en el caos si las provisiones no se reparten con rapidez.
El Comando Sur de Estados Unidos dijo que tiene 24 helicópteros en misiones de ayuda, muchos de los cuales parten de buques anclados frente a la costa, con 4.200 efectivos en el terreno y 6.300 más que arribarían el lunes.
Pero había escasas señales de ayuda en la ciudad cuatro días después del sismo, y muchas señales de que los desesperados y los delincuentes estaban tomando la delantera.
Un conductor de un camión de agua dijo que fue atacado en uno de los barrios precarios de la ciudad. También había informes de saqueos aislados, con jóvenes que caminaban por el centro con machetes. Un grupo de ladrones presuntamente mató de un disparo a un hombre que quedó tirado en la calle.
Equipos médicos extranjeros armaron hospitales improvisados para atender a los heridos más graves. Sin embargo, el tiempo se acababa para la gente que puede estar atrapada bajo los escombros.
De AP