sábado, 10 de enero de 2009

En RD y Haití sobrevive el único mamífero del mundo que inyecta veneno con los dientes


NUEVA YORK._ El Solenodonte, especie en extinción en todo el mundo conocida científicamente como “Solenedon Paradxus”, sólo sobrevive en los parques nacionales Jaragua y del Este en la República Dominicana y en montañas del Sur de Haití y de acuerdo con un reporte de la BCC de Londres, su presencia, ha sido comprobada por un grupo de científicos ingleses que luchan por mantenerlos subsistiendo.

¿Para qué sirve el mamífero y cuál es su utilidad?

Hasta el momento, es el único de su especie que tiene la capacidad de inocular veneno a sus presas a través de sus afilados dientes. El animal fue descrito por primera vez por Brand en 1833, quien detalló que existió desde ante la colonización y posterior a esa etapa en la Isla La Española compuesta territorialmente por República Dominicana y Haití..

Es un depredador y en Cuba hay actualmente una especie similar identificada como “Solenedon Cubanus Atopogale” que es un sub género del hurón y al que también se le conoce como “Almiqui Cubano”. Todas sus especies pertenecen, según los biólogos a la orden insectívora y a la familia “Solenodontide”.

Los investigadores sostienen que la especie dominicana se parece mucho a una “musaraña” y su peso es aproximadamente de entre 0.6 y 1.0 kilogramos, midiendo entre 28 y 33 centímetros de cuerpo y la cola agrega otros 25 centímetros.

Tiene pelaje marrón en la mayor parte de su anatomía, siendo amarillento en la parte inferior y no tiene pelos en la cola, las patas ni en la punta del hocico. Las patas delanteras son más desarrolladas que las traseras, aunque todas sus extremidades poseen garras (uñas) para excavar.

La cabeza es grande en proporción al cuerpo y alargada la cara con orejas y ojos pequeños semi ocultos por los pelos.

El hocico es largo y cartilaginoso y se soporta por un hueso denominado “proboscis” localizado en el extremo de la cara. Sus dientes son largos y afilados y miden 3/3, 1/1, 3/3 que es igual a 40 y el nombre científico de “Solenodon” significa en griego “dientes acanalados” por los que fluye una saliva tóxica que es producida o secretada por la glándula submaxilar, haciendo del mamífero uno de un grupo en el mundo que producen veneno.

Los machos tienen los testículos yaciendo en la cavidad abdominal y el pene oculto. Las hembras pueden tener dos partos al año pariendo entre 1 a 3 crías.

Cuando nacen tres, sólo dos crías sobreviven. Las mamas de la hembra están situadas extrañamente al borde de la base de su cola. Habitan en madrigueras y las crías son amamantadas sólo por 75 días, mientras los machos se quedan más tiempo con sus padrotes y pueden co habitar hasta 8 de ellos en una cueva.

Aparte de la mordida venenosa, tienen glándulas en las ingles y axilas que emanan un olor parecido al de los chivos. Se pelean entre sí con frecuencia y mueren en combates con su propio veneno. Su comportamiento es muy agresivo. Cuando agarran un pollo por ejemplo, lo despedazan antes de comérselo. Emite gruñidos similares a un cerdo o sonidos como un ave. Pero cuando se le persigue es cobarde, esconde su cabeza para no ver a sus persecutores y se le pueda capturar con facilidad. La ciencia lo desconoció por centurias debido a sus hábitos nocturnos, además de que como especie en extinción, no son numerosos. No forman parte de cadenas alimenticias en ningún eco sistema.

Se esconde de día en cuevas, madrigueras y huecos de árboles y cuando suelen salir al exterior se mueven con inestabilidad, tambaleantes y con rigidez. Quienes los han visto de cerca afirman que nunca corren en línea recta.

Se alimentan de materia animal y vegetal como artrópodos, gusanos y gasterópodos. También ingieren pequeños reptiles, raíces, frutas y follajes. Sólo beben agua cuando se bañan y se debe a que probablemente el largo hocico les dificulte el poder beber con normalidad.

En el momento en que 1907 se les consideró extinguidos, se encontraron algunos de ellos en la República Dominicana habitando cerca de plantaciones agrícolas cuyos surcos pueden depredar con sus hocicos. En 1981 se le consideró “oficialmente” extinto en Haití, pero en 1987 aparecía en ambos lados de La Hispaniola, aunque severamente amenazado en Haití. Desde 1996 se le ubica en los dos lados de la frontera.

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