viernes, 16 de enero de 2009

La hambruna comienza a sentirse en una zona remota de Haití

Más de 150,000 personas subsisten a base de ayuda humanitaria en una remota zona
AP/Clave Digital
viernes, 16 de enero de 2009
GONAIVES, Haití.- Más de 150,000 personas subsisten a base de ayuda humanitaria en una remota zona de Haití azotada por inundaciones y la ONU dice que urge traer más suministros para evitar una hambruna.
Cuatro meses después de las tormentas, los moradores de la zona están lentamente limpiando el lodo de sus viviendas y algunos mercados han vuelto a abrir, pero la falta de ayuda alimenticia está presentando una grave amenaza para el país que ya sufría de desnutrición crónica.

"Lo que vamos a hacer ahora a partir de enero es ayudar a los más vulnerables, apoyar a los niños para que puedan crecer bien", dijo el jueves Myrta Kaulard, directora en Haití del Programa Mundial de Alimentos (PMA) al realizar una gira por las zonas afectadas.
El PMA ha solicitado a la comunidad internacional que done 100 millones de dólares para Haití y ha advertido que su financiamiento no alcanzará más allá de febrero. Igual hizo el año pasado pero recibió sólo 68 millones de dólares.
Varios grupos de ayuda calculan que la mitad de la población de Gonaives es capaz de mantenerse. A fin de estimular a los mercados locales y romper el ciclo de hambre, están disminuyendo los repartos de ayuda que durante meses habían mantenido con vida a los casi 300,000 habitantes de la ciudad.
En lugar de ello están probando otro método, ayudando a los más vulnerables como los menores de edad y las mujeres embarazadas. Los alimentos son suministrados mediante programas escolares, cantinas vecinales y como pago por trabajos en calles, desagües y campos.
Hace pocos días, un puñado de mujeres con niños pequeños en brazos esperaban al lado de un desagüe para poder entrar en una cantina administrada por el grupo francés Acción contra el Hambre. Se le permitía la entrada sólo a niños más bajos de 110 centímetros de altura (3 pies 7 pulgadas), quienes recibían un examen médico y una ración de una mezcla hecha a base de maíz, soya, sal y azúcar.
"El problema ahora es que los niños están siendo alimentados, pero los padres no", dijo Jean-Noel Mouna, de 24 años, quien acompañaba a un menor cuyos padres no pudieron venir porque tenían que ir a trabajar.
Las tormentas empeoraron la situación alimenticia en Haití y varios grupos de ayuda advierten que podría acaecer una hambruna si no llega más asistencia extranjera. Haití es un país desgarrado por décadas de violencia política, caos social y pobreza extrema donde uno de cada cuatro habitantes es desnutrido. El año pasado, un pronunciado aumento en los precios de los alimentos detonó una serie de protestas que derrocaron al primer ministro.
"Aun antes del desastre, ya era un desastre en cuanto a la falta de alimentos", dijo Raphael Chuinard, de la oficina local del PMA.
Jesline Dumas, de 22 años, sufrió de desnutrición toda su vida y hace pocos días sostenía a su frágil bebé de 8 meses después de darle nueve días de tratamiento nutritivo en un hospital de Gonaives. La frágil criatura medía apenas 59 centímetros (23 pulgadas) y pesaba apenas 3,8 kilos (8 libras).
"Ahora es más difícil que nunca, todo es tan costoso", expresó Dumas.
El año pasado cuatro huracanes y tormentas tropicales embistieron a Haití durante la temporada de cosecha, causando 793 muertes, diezmando a la agricultura y provocando daños por 1.000 millones de dólares a los sistemas de irrigación, puentes y caminos.
Para octubre, la escasez de alimentos había causado la muerte a 26 menores de edad en la aldea Baie d'Orange en el sudeste del país. El jueves, varias madres provenientes de aldeas circundantes caminaron durante horas con sus bebés en brazo para llevarlos a los hospitales del PMA y de Save the Children.
"Aquí en Baie d'Orange podría ocurrir una hambruna, hay niños cuyos cuerpecitos están totalmente demacrados", dijo Peguy Duraisin, una de las enfermeras.
En Gonaives, más de 2,000 habitantes reciben alimentos o dinero en efectivo como pago como parte de un programa del PMA y de la Organización Internacional del Trabajo para construir trincheras antiinundaciones en las colinas cercanas. Los expertos estiman que las trincheras podrán detener futuras inundaciones, pero que tardará unos 15 años construirlas todas.
El PMA está buscando lugares para establecer un almacén de alimentos en Gonaives y está coordinando con las fuerzas de paz de la ONU para traer equipos para cruzar puentes y vías. Las inundaciones de septiembre impidieron el acceso por tierra y los alimentos tuvieron que ser traídos por helicóptero y barco, lo cual tardó varios días.

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