lunes, 20 de abril de 2009

Criminalidad y desempleo: juntos y rebulujados

No hay dudas de que la situación económica actual está trayendo como consecuencia un deterioro de los niveles de empleo en el país.
Uno de los temas donde los dominicanos comunes hemos tenido que hacernos trágicamente expertos es en el tema de la criminalidad. No pasa un día sin que se escuche una historia que antes estaba limitada a la comodidad del hogar, pero a través de la televisión. De repente, esos personajes criminales han salido de la pantalla chica y se han pasado a la vida real. Todos tenemos a la esposa que le robaron el carro a punta de pistola, o al amigo que secuestraron, o a la empleada que apuñalearon a pesar de haber entregado todo, o peor aún, al gran amigo vilmente asesinado en medio de un atraco.

En realidad nadie escapa a esta situación, cuyas raíces han sido analizadas en aspectos tanto sociales como económicos. Pero muchas veces no analizamos el impacto acelerante que tiene en este flagelo, otra variable tan peligrosa como ella misma. Estamos hablando del desempleo.

No hay dudas de que la situación económica actual está trayendo como consecuencia un deterioro de los niveles de empleo en el país. No sólo por el desempleo en sí mismo, sino por el paso de muchas personas del empleo formal al informal, con sus consecuencias directas sobre la calidad del mismo El ser humano por instinto tiende a buscar su sustento y el de su familia y cuando los niveles éticos y de formación familiar están débiles, es muy fácil encontrar personas que como se decía en la época de la niñez “se pasan del bando de los buenos a los malos”.

De ahí que cuando la situación económica se complica y los niveles de desempleo y sub-empleo se incrementan, entonces la criminalidad sufre un aumento en su intensidad y hasta su crueldad. Es tanto así, que en las mismas empresas se incrementan los niveles de delincuencia, que van desde pequeños robos de objetos hasta los fraudes más voluminosos.

Tanto las autoridades como el sector privado deben poner mucha atención a esta situación. Combatir el desempleo no es sólo centrar la discusión en el tema de la cesantía, como se ha querido presentar como la intención última del sector privado (que no puede estar más alejado de la realidad). Se trata más bien de trabajar en conjunto todos los aspectos que afectan el nivel de empleo del país como son: la competitividad de las empresas, el tema impositivo, los salarios, la misma cesantía, el seguro de desempleo, la criminalidad (efecto circular) y el muy subestimado problema del transporte, cuyo efecto en la calidad del empleo nunca se toca a la hora de tratar el tema, siendo su impacto trascendental

Por eso debe ser nuestra prioridad combatir el desempleo, no sólo como una cura a la realidad económica que se nos impone, sino también para evitar el crecimiento del gran mal de cualquier sociedad que es la criminalidad. Porque cuando esas dos características andan “juntas y rebujadas” en cualquier sociedad, no hay país ni población que aguante.