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ROMA.- Desolación, devastación, desamparo y descoordinación. Estas cuatro D definían este lunes el panorama en el Aquila, una de las ciudades más afectadas por el terremoto que a las 03.32 de la madrugada golpeó el noroeste italiano. A medida que pasaban las horas el número de fallecidos aumentaba superando al final del día los 150, según confirmaron fuentes hospitalarias.