domingo, 18 de octubre de 2009

En el país hay un millón 400 mil madres solteras

SANTIAGO. Sin importar límites ni fronteras hay una preocupación que comparten decenas de niños alrededor del mundo: “La incertidumbre por el mañana”.
Al acostarse a algunos los embarga la preocupación porque ignoran si al día siguiente encontrarán un bocado para mitigar el hambre, que ya ven como una enfermedad que los castiga.
En su mayoría viven en los sectores más empobrecidos de cualquier país y en sus hogares sólo tienen a una madre que pese a la falta de recursos y a la precariedad en que están inmersas, luchan cada día para que sus hijos puedan “echarse algo a la boca antes de irse a la cama”. Pero esas madres solteras no siempre pueden lograr ese cometido.
Por esa razón, conseguir “el pan de cada día” es un reto para esas familias que al final de cada jornada esperan poder decir: “prueba superada”, en algunos casos la expresión que se pronuncia es: “prueba no superada”.
Según datos estadísticos del último informe publicado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en la República Dominicana hay alrededor de un millón 400 mil madres solteras, cifra que incluye a un gran número de menores de edad.
Y la mayor parte se encuentra en el Distrito Nacional, según arroja el informe.
Pese a eso, Santiago no está excluida de esta realidad. Ana Vásquez, de 22 años y residente en el barrio Los Santos, de esta ciudad, es un número en esa cifra.
Ella es madre de dos niños a los que tiene la responsabilidad de garantizarles techo, comida, educación, salud y seguridad, que son algunos de los derechos fundamentales de todo ser humano.
Sin embargo, el poco capital con el que cuenta no le permite garantizar a sus pequeños una vida digna y con la calidad que ella quisiera.
Sus hijos Cristal y Christopher, de uno y dos años, respectivamente, dependen de ella, que trabaja largas horas en una cafetería para poder mantener a sus pequeños.
Aunque eso no le permite dedicarles el tiempo suficiente a sus hijos, Ana tiene que hacerlo para que puedan sobrevivir.
Mientras ella trabaja, su madre les cuida a Cristal y Christopher, dos pequeños a quienes su corta edad no les permite aún darse cuenta de la situación en que viven, pero es probable que al crecer y toparse de frente con su realidad perciban que les hizo falta un padre en el trayecto de su crecimiento.
Ahora los gastos son mínimos, afirma Ana, “pero mientras ellos vayan creciendo se sumarán otros como el de útiles escolares que ahora no son necesarios por su corta edad”. Ana espera que cuando llegue ese momento ella pueda estar en una mejor condición económica para darles a sus hijos una educación de calidad, “porque ellos se lo merecen”.
Sin lugar a dudas que el número de madres solteras evidencia una situación seria en el país, que cada vez más aumenta, de acuerdo al último informe de la USAID, que además notificó que el mayor índice de madres solteras se encuentra en jóvenes menores de edad, lo que algunos entrevistados atribuyeron a la falta de educación y orientación. Y lo más preocupante es que en la mayoría de los casos estas jóvenes no disponen de recursos para una buena alimentación ni para sus hijos, pero mucho menos para ellas y quienes terminan arrastrando las consecuencias son aquellos inocentes que llegaron al mundo con total desconocimiento de lo que les repararía el destino.