jueves, 8 de abril de 2010

Suben a 145 muertes por lluvia en Río





Bomberos brasileños transportan un cuerpo en Río de Janeiro cuando se reiniciaron la búsqueda de víctimas de las lluvias. | EFE

Río de Janeiro.- Con los pantalones rotos, una camisa marrón desgarrada y el lodo cubriéndolo de los pies a la cabeza, Rodrigo de Almeira meneó silenciosamente su cabeza el miércoles después de cavar por 15 horas entre toneladas de lodo y escombros.

No había podido salvar a nadie después de que las fuertes lluvias provocaran un desplazamiento de tierras en la favela donde vive, Pleasure Hill. Las autoridades informaron que de las 145 muertes confirmadas, al menos 18 ocurrieron en ese barrio miserable que se encuentra en una colina empinada desde donde se divisa el centro de Río de Janeiro.

En otros lados del área metropolitana también hubo decesos.

Un funcionario del Departamento de Defensa Civil del estado informó la noche del miércoles que un considerable alud de lodo devastó un barrio pobre y enterró hasta 40 casas en un barrio pobre de la localidad de Niteroi, vecina de Río. Por el momento se desconoce el número de desaparecidos, pero podrían ser decenas.

Un integrante del departamento de bomberos de Río dijo que había al menos 60 desaparecidos después de las lluvias torrenciales que azotaron Río.

Casi todas las víctimas fueron arrastradas por los deslaves en las favelas.

Según bomberos, no hay un recuento de las personas rescatadas.

Aunque las lluvias disminuyeron el miércoles, se esperan más durante el fin de semana.

La vida de los pobladores de esta ciudad brasileña comenzó a recuperar poco a poco la normalidad después de los aguaceros.

El sol salió momentáneamente en horas de la mañana después de más de 30 horas seguidas de lluvia. La mayoría de las principales carreteras estaban abiertas, aunque algunas se encontraban inundadas y las autoridades recomendaron a los pobladores evitar largos desplazamientos.

"La situación hoy (miércoles) es mejor que ayer, pero entre menos gente esté en la calle haciendo grandes desplazamientos habrá menos problemas", dijo el alcalde de Río, Eduardo Paes, a la televisora Globo News.

Paes dijo que están tomando medidas radicales, con una reubicación forzosa. Anunció que 1.500 familias serían desalojadas de sus hogares en Pleasure Hill y en Rochina, una de las barriadas más grandes de América Latina.

La dependencia reanudó la madrugada del miércoles las tareas de búsqueda y rescate en las áreas más afectadas.

Entretanto, el servicio meteorológico alertó que las lluvias podían continuar el miércoles y jueves.

Paes lamentó que en Jacarepaguá, un enorme barrio popular en el oeste de Río, se produjo un "deslizamiento monstruoso" que provocó gran parte de las víctimas de la tragedia. Alertó que la ciudad continúa en alerta máxima por posibles nuevos aludes.

"La prioridad continúan siendo las laderas. Las lluvias no paran y hay un riesgo constante de deslizamiento", afirmó el alcalde.

Reiteró su llamado para que personas que viven en las laderas de la ciudad abandonen sus casas y permanezcan con familiares o vecinos.

Los gobiernos estatal y municipal funcionaban parcialmente el miércoles, mientras las escuelas, colegios y universidades, tanto privadas como públicas, continuaron cerrados por segundo día consecutivo.

El partido de fútbol entre el local Flamengo y la Universidad de Chile, por la Copa Libertadores de América, fue aplazado de miércoles a jueves en el estadio Maracaná de Río.

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