lunes, 18 de enero de 2010

La UE estima que 200,000 personas murieron, mientras muchos aún pasan hambre

PUERTO PRÍNCIPE, Haití.- Soldados, médicos y trabajadores humanitarios seguían llegando a Haití el lunes pero miles de víctimas del terremoto del martes, que se estima mató a 200.000 personas, aún tenían dificultades para encontrar un vaso de agua o un plato de comida.

Países europeos prometieron más de 500 millones de dólares de emergencia y de largo plazo, que se suman a los 100 millones que donará Estados Unidos.

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Sin embargo, la ayuda aún no llegaba a muchos damnificados, frenada por problemas de transporte, confusiones burocráticas, miedo a ataques contra las caravanas de ayuda, el derrumbe del gobierno local y la enormidad de la catástrofe.

Los saqueos se extendieron por más sectores del centro de la capital el lunes, con cientos de jóvenes y niños que trepaban a las paredes dañadas de las tiendas para llevarse lo que encontraran. La pasta de dientes era codiciada porque la gente se la pone bajo las fosas nasales para no sentir el olor de los cadáveres.

La policía tuvo que hacer disparos al aire en una tienda derrumbada y en llamas, para separar a jóvenes que peleaban con botellas rotas, machetes y navajas por una carga de ron.

"Estoy tomando todo lo que puedo, me da valor", dijo Jean-Pierre Junior, que tenía una tabla rota con clavos para proteger su botella.

Aún así, el comandante del Ejército estadounidense en Haití, teniente general Ken Keen, dijo que hay menos violencia que antes del terremoto. "¿Hay violencia de pandillas? Sí. ¿Había violencia de pandillas antes del terremoto? Por supuesto", dijo.

Keen dijo que unos 2.000 infantes de Marina se unirán a los 1.000 militares que están en Haití. El secretario general de la ONU Ban Ki-moon dijo el lunes que pidió al Consejo de Seguridad enviar 1.500 policías y 2.000 soldados internacionales para reforzar la misión de paz de la ONU, que tiene 7.000 militares y 2.100 policías.

Mientras los socorristas buscaban llegar a los necesitados, algunos buscaban dejar el país. Cientos de ciudadanos estadounidenses, y gente que decía serlo, se formaron con identificaciones en la mano frente a la embajada de ese país en busca de abordar algún vuelo de salida.

Unas 200.000 personas pueden haber muerto por el terremoto de magnitud 7, dijo la Unión Europea. Citó a funcionarios haitianos que han dicho que ya se recogieron unos 70.000 cadáveres.

La UE estimó que unas 250.000 personas sufrieron heridas y que 1,5 millones perdieron sus hogares.

También hay muchos otros que viven en la calle por miedo a que las estructuras dañadas se derrumben. Y, aunque más de 73.000 personas han recibido raciones de alimentos para una semana, según la ONU, muchas más siguen esperando comida.

Tanta gente perdió su vivienda que el Programa Mundial de Alimentos planea erigir un campamento para 100.000 personas en las afueras de la ciudad, dijo la directora de la organización en Haití, Myrta Kaulard.

En las calles, todavía se veían cadáveres, pero los pobladores habían recogido muchos para enterrarlos o quemarlos. La gente arrastraba cuerpos a las esquinas esperando que los camiones de recolección de basura o grupos de asistencia se los llevaran.

El agua comenzaba a llegar a más gente pero, con el puerto bloqueado y quejas de grupos humanitarios sobre el manejo estadounidense del aeropuerto, la comida y los medicamentos seguían escaseando. El enojo aumentaba por la lentitud de la ayuda.

Seis días después del sismo, decenas de cuadrillas de rescate seguían intentando rescatar a sobrevivientes atrapados entre los escombros.

"Aún hay gente viva", dijo la vocera de la ONU Elisabeth Byrs a The Associated Press. "La esperanza persiste".

Luego que los 1.700 socorristas habían salvado a más de 70 personas, Byrs dijo que algunas personas atrapadas podrían sobrevivir hasta el lunes e incluso después.

Los socorristas sacaron a un hombre de 30 años y una mujer de 40 de lo que fue el cuarto piso de un supermercado que se derrumbó. La mujer, Mimi Dittmer, había salido del local pero volvió a entrar porque se había olvidado algo, justo antes del terremoto, dijo su tía Patricia Butler desde Puerto Rico.

La Comisión Europea prometió 474 millones de dólares (330 millones de euros) en asistencia. Países miembros aportarán 132 millones más: Gran Bretaña anunció que triplicará sus aportes hasta 32,7 millones y Francia dijo que está dispuesta a perdonarle a Haití una deuda de 55,7 millones, al tiempo que prometió contribuir 14,4 millones.

El Programa Mundial de Alimentos dijo que Estados Unidos aceptó dar prioridad para aterrizar a vuelos humanitarios, luego de las críticas porque supuestamente daban prioridad en el dañado aeropuerto a los vuelos militares y de rescate.

Funcionarios brasileños y franceses se habían quejado de que sus vuelos de ayuda no recibieron permiso de aterrizar y el director de operaciones de Médicos Sin Fronteras en Haití, Benoit Leduc, dijo que el desvío de tres de sus aviones de cargas demoró asistencia médica necesitada con urgencia.

"Estamos atrasados dos días", dijo. "Por supuesto que es un aeropuerto pequeño, pero claramente es un problema de asignar prioridades".

El ministro de Cooperación francés Alain Joyandet pidió que se aclare cuál es el papel de Estados Unidos en el operativo. "Se trata de ayudar a Haití y no de ocupar Haití", dijo.

El canciller francés Bernard Kouchner, sin embargo, instó a que los gobiernos no se peleen por estas dificultades.

El ex presidente estadounidense Bill Clinton, enviado especial de la ONU para Haití, llegó al mediodía con su hija Chelsea a Puerto Príncipe, donde saludó a soldados de su país antes de visitar el Hospital General, atiborrado con unos 1.500 pacientes. Prometió que su fundación proveerá medicina y un generador de electricidad para que los médicos puedan trabajar de noche.

Clinton se unió al ex presidente George W. Bush para encabezar una campaña que busca donaciones para Haití.

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